Primero se sintió atraída por Renzo, que la buscaba en las fiestas de los sábados, cuando los dos están borrachos. Después se entusiasmó con Sebastián, el recién ingresado en la Casa.
Y ahora se metió directamente en la cama de Juan Emilio, quien ni lerdo ni perezoso intentó besarla. "No puedo estar tan caliente", le confesó la morocha antes de abandonar el lecho.
"La voy a bardear, no hace falta que tome, estoy re caliente", les dijo después a Sole y Flopy en la habitación de las chicas. "Yo fui y me metí en la cama... tengo un charco que no te puedo explicar", les dijo muy gráficamente. "Veo pasar a los hombres (en la Casa) y me pongo mal", concluyó.
Tanto desastre está haciendo la chica que el propio Damián la llevó aparte y, como si fuera su padre la aconsejó: "Tenés que dejar de bardear, tenés que rescatarte los sábados. No es lindo lo que estás haciendo. A ver si pisás la tierra".
El tema es que la chica tiene novio afuera, y por eso la situación le crea culpa y la hace sentir mal. Tal vez por eso entró al confesionario y le dijo a Gran Hermano: "Me quiero ir, tengo vergüenza de mí misma, porque todo tiene un límite y yo lo pasé. No me puedo permitir lastimar a la gente que quiero. Me siento un cachivache con todas las letras".
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