La situación es comparable con la vivida por Damián Fortunato en
Gran Hermano 4. Un participante con perfil alto y carácter de líder, que al principio cosechó abrazos y buena onda, pero que quedó nominado rápidamente y antes del mes debió abandonar la Casa. Eso le pasó a Solange Maldonado (28), la Colorada de
GH 5, que el lunes hizo las valijas tras reunir el 74,3 por ciento de los votos. La diferencia es que al rosarino le pasó a la cuarta semana. Y a ella a la segunda…
“Por mi forma de ser, antes de entrar mis amigos me dijeron ‘de la Casa te vas primera o última’. Y fue así nomás, estaba destinada a los extremos”, explica la Colo. Y defiende su carácter:
“Yo soy así, alegre, enérgica e hiperquinética. Obviamente a veces también me caigo. Pero en 12 días no me deprimí”. Sin embargo, jura que ese tiempo fue suficiente para cumplir con uno de sus objetivos al entrar al reality.
“Quería viajar a mi interior y entenderme en un montón de cosas, porque en la vorágine diaria uno no se detiene aanalizarse”. Eso sí, lejos del
“tenía ganas de salir” con el que muchos ex participantes ocultaron la bronca por ser eliminados, la Colorada asume su dolor por ya no estar entre las cuatro paredes televisadas.
“Me hubiera encantado quedarme y estar fumando un pucho en la alfombra en este momento”.–Ese objetivo personal del que hablás, ¿lo cumpliste en el confesionario al hablar detu mamá?–Sí, ahí estallé. Y entendí una parte de mi vida, al aceptar y asimilar la relación con mi mamá, que me tuvo de chica y con quien choqué muchas veces. Pude entender a la mujer sin cuestionar a la mamá.
–¿Por qué tenías miedo de que tu mamá no fuera a buscarte?–Por ese flash que te da el estar aislado. Es normal que se te nuble todo. Pero más que miedo, al contar eso en el confesionario sentí la urgencia de que mi mamá supiera que la necesitaba.
–¿Y qué te dijo cuando se vieron?–Me abrazó y me dijo que me amaba. Con eso me bastó.
–¿Esperabas quedar nominada tan rápido?–No, porque mis compañeros me trataban muy bien. Además nadie se plantó conmigo como yo hice un montón de veces con otros. El segundo día dejé en claro que prefería la puteada antes que el silencio. Igual no les guardo rencor a los que me nominaron. Por lo que vi, no les parecí sincera…
–¿Por qué creés que pensaron eso?–A mucha gente le pasa que no entiende que una persona pueda sonreír… Yo me mostraba cariñosa con algunos, porque ellos también se mostraban así conmigo.
–¿Te sorprendió la espontánea de Damián?–¡Total y completamente! ¡Me la clavó hasta el pecho! Pero algo percibía, porque de repente dejó de mirarme a los ojos al hablarme.
–¿Te arrepentís de algo de lo que hiciste?–No, porque si digo
“no tendría que haber hecho esto”, no habría sido yo. Y en la Casa fui 100% Colorada.
–¿Hay mucha histeria en la Casa?–Sí, mucha histeria y mucho nervio. En este Gran Hermano va todo muy acelerado. Y así como se armaron parejas muy rápido, también se generaron problemas. Pasó con el tema de la comida, cuando todos empezaron a decir que no había, y yo me planté:
“¡Basta de decir que no hay porque hay! Menos, pero hay”. El tema es que no había sal, entonces para algunos era imposible comer…
–¿Hay un candidato a ganar?–Sí, Juan Simón. Su forma de ser, tranquila, lo va a ayudar a llegar muy lejos. Porque es un niño, pero también un gran hombre.
En un día en el que un sol radiante se dejó ver y en que la temperatura alcanzó los 17 grados, los participantes de Gran Hermano se destaparon y se pusieron los trajes de baño.
